En uno de los más hermosos jardines que se pueda
imaginar, vivía la más linda de las flores rojas que se haya visto. Esta flor
increíble estaba sembrada en el centro del jardín y estaba rodeada por un pasto
tan verde y bien cortado, que más bien parecía una suave alfombra. También
había arbustos de todos los tamaños y formas posibles.
Una flor tan especial sólo podía estar en las manos de
un jardinero, trabajador y cuidadoso que todos los días con mucho amor la
regara y la protegiera de plagas, bichos y las inclemencias del tiempo. El
jardinero estaba locamente enamorado de tan bella flor.
Pero a pesar de ser tan amada y
protegida, la hermosa flor roja se sentía triste. El jardín era hermoso y ella
misma no podía ser más bella; pero estaba sola y no tenía ninguna flor amiga
con la que pudiera conversar todos los días. Así que a pesar de recibir todos
los cariños, la flor comenzó a verse menos luminosa y hermosa de lo que en
realidad era.
Un día el jardinero le preguntó ¾Querida flor, ¿qué te
sucede? Te encuentro un poco desmejorada. La flor le respondió ¾Amigo mío, se que eres muy
bueno y que procuras que yo tenga lo mejor; pero cuando no estás conmigo me
siento muy sola y desearía tener alguien como yo con quien platicar. Los
árboles y las plantas que viven a mi alrededor son muy amables; pero en
realidad nadie comprende las preocupaciones y sueños de una flor. ¾
El jardinero que tanto la amaba decidió ayudar a su
pequeña flor y planeó darle una linda sorpresa. Por la noche sembraría alrededor
de la flor roja todo clase de semillas que dieran flores de todos los colores
del arco iris.
La flor roja no se dio cuenta cuando el jardinero llevó
a cabo su plan porque se encontraba dormida en el momento que sembró las
semillas. El jardinero siguió regando y consintiendo a su flor favorita como
todos los días y así, un día por la mañana cuando la flor roja despertó de su
sueño se encontró rodeada de las más hermosas flores que nadie jamás hubiera
visto. La pequeña flor no podía creerlo y muy sorprendida les preguntó a sus
nuevas compañeras: ¿Quiénes son ustedes?, ¿Cómo han llegado aquí? Las flores le
contaron el plan del jardinero y la flor roja se sintió muy feliz de que se le
hubiera ocurrido tan maravillosa idea. Y a partir de ese día nunca más se
sintió sola, pues todas las mañanas tenía flores de miles colores con quien
platicar y compartir sus penas y alegrías.